El Camino Jacobeo de la Costa

Recorre el Camino milenario hacia Santiago a través de los paisajes del Bajo Nalón, deja tus huellas sobre las sendas que llevan atravesando los peregrinos desde hace más de mil años

Por la Comarca Turística del Bajo Nalón discurren dos etapas del Camino de la Costa: la Etapa 6, que viene desde Avilés hasta Muros (23,8 km.), y la Etapa 6, que parte desde Muros hacia Soto de Luiña en el concejo de Cudillero (15,8 km.).

Monte La Granda

Tramo por el Monte de la Granda

El Camino entra en la comarca desde Castrillón por la carretera AS-318 en dirección a Ranón y a La Arena, que recorreremos durante casi kilómetro y medio. A medio camino, nos distraeremos dando vistas al valle, atravesado por un viaducto, dejando a un lado el desvío a La Cabaña y pasando bajo la A-81, un ramal de la autovía del Cantábrico que conecta con el aeropuerto. Tras dejar atrás el desvío a Panizales, en una curva a derecha, salimos a un camino de tierra por el arcén izquierdo para entrar en el concejo de Soto del Barco, donde caminaremos por el Monte La Granda, colonizado por una gran masa forestal de eucaliptos, cerca de tres cuartos de hora.

El tramo del Monte La Granda debe transitarse con precaución, ya que suele haber tramos de tierra removida y charcos en las pozas formadas por la entrada de vehículos, sobre todo en la última parte de la bajada de gran desnivel que lleva a El Castillo. Los peregrinos menos osados pueden seguir cómodamente por la carretera a Ranón para bajar a La Arena y continuar por la SB-3 a El Castillo.

El Castillo

Una serie de cruces y alguna zona removida por las labores forestales, propensa a inundarse, nos prepara para el descenso que nos lleva a perder más de 150 metros de altura hasta llegar a una pista pavimentada al entrar en La Florida, junto a la escuela de 1860.  Unos metros más abajo aprovechamos un puente, cuya calzada está cubierta por un manto de hierba, para franquear el arroyo Caseras y cruzaremos la carretera local SB-3 para entrar en El Castillo por una rampa, superada más fácilmente gracias a la baranda de madera.

El peregrino debería acercarse unos minutos hasta los rústicos embarcaderos en el río bajando por el camino empedrado al borde de la muralla, una estampa única en el Camino de la Costa. Antiguamente, los peregrinos salvaban aquí el Nalón hasta El Forno, otro pequeño espigón presente al otro lado del estuario, en una travesía en barcas o chalanas no exenta de peligros para hombres y caballos, donde los naufragios y los ahogamientos de personas y bestias eran frecuentes. Además, una dificultad añadida era la picaresca y abuso sobre el precio que ponían las malas artes de los barqueros, como ya advertía la “Guía del Peregrino Medieval” a mediados del siglo XII.

Al inicio de la calle del Peregrino, nos guía un azulejo del Camino rematado por debajo con la inscripción “El Castillo-Soto”. Una muy breve subida por esta calle nos lleva hasta el Mirador de El Castillo, donde tenemos un banco para reponer fuerzas y admirar las bellas vistas a la fortaleza defensiva levantada por la monarquía asturiana en la Alta Edad Media, la ría del Nalón y el Puente de La Portilla, por donde continuará nuestro Camino.

Vamos ya dejando El Castillo por la calle de La Quintana y Los Carbayinos para salir de nuevo a la SB- 3, ganando enseguida Soto del Barco. Se debe prestar atención, porque algunas flechas aún animan a bajar por la N-632, pero el trazado oficial visita primero Soto y descenderá después por la antigua carretera.

Tras la rotonda de acceso a Soto nuestro Camino toma la calle de la Magdalena con sus casas de indianos. A un lado vemos el Palacio de La Magdalena (siglo XVIII), actualmente un excepcional hotel y centro de eventos cuyos jardines merece la pena visitar, pues nos depararán bellas vistas de la ría y de Soto.

Bajaremos cómodamente durante unos 20 minutos hacia la N-632, con espléndidas panorámicas de las riberas del Nalón, para cruzar el puente de La Portilla, desde donde divisaremos los antiguos y pintorescos embarcaderos, a los cuales resulta muy recomendable acercarse pues las fotografías serán uno de los mejores recuerdos de nuestra peregrinación por el Bajo Nalón.

El Puente de La Portilla que salva el río fue levantado en 1883 y derruido durante la Guerra Civil, para ser reconstruido años después, y nos permitirá cruzar las aguas del río a través de un paso peatonal muy estrecho entre el quitamiedos y la barandilla que conduce en algo más de 400 metros a la otra orilla, ya en el concejo de Muros de Nalón.

Ascenderemos tras pasar el puente por la carretera, dejando a mano derecha el desvío a San Esteban. Unos metros más arriba, pasado justo el punto kilométrico 116, parte del arcén izquierdo una senda en pendiente hasta las casas del barrio de Era. Aquí, junto al Camino, se emplaza el albergue turístico Casa Carmina. El itinerario baja de nuevo a la N-632 pero durante pocos metros, ya que hay que cruzarla con precaución y tomar una senda que nace en el arcén derecho y nos conduce al barrio de La Pumariega, que albergó una afamada Colonia de Pintores y Artistas en los inicios del siglo xx.


A la entrada giramos a mano izquierda, cogiendo después el Camino Los Carbayones, cerca ya de la Plaza del Marqués de Muros, que cobramos por la calle Arango.  Llegado a este punto, donde tenemos otro Albergue de Peregrinos, habremos finalizado la etapa desde Avilés a Muros de Nalón.


La Plaza del Marqués de Muros fue construida en el siglo XVI para albergar el mercado concedido a la villa por el Rey Carlos I que aún se celebra los sábados. Lugar ideal de encuentro y solaz de vecinos, visitantes y peregrinos, a la sombra de sus centenarios edificios de arquitectura popular se erige la Iglesia de Santa María y la Casa Consistorial.

Palacio de Valdecarzana

Palacio de Valdecarzana (siglo XV)

La plaza de Muros despide a los peregrinos en su nueva etapa hacia Soto de Luiña. Dejando a nuestra espalda la Iglesia de Santa María, iniciamos el camino tirando de frente por la calle Gerardo González Menéndez, junto a la farmacia, para ir hacia la avenida de Galicia, pegados al Campo del Palacio, donde entre la arboleda nos sorprende la impresionante portada plateresca de lo que fue el Palacio de Valdecarzana (siglo XV).

Junto al perímetro fijado por la muralla pasamos el puente sobre las vías, tras el que giramos noventa grados a la derecha para seguir la calle Francisco Cabal en dirección a la estación de FEVE, atravesando el barrio de Villar. Más adelante debemos girar a mano izquierda, a la vera de la vivienda número 29, y posteriormente a la derecha, donde se inicia la calle Camino El Escorial. No tardaremos en enlazar con Camino El Salgueiro, cuyas quintas engalanan la vía con toda suerte de magnolios, hortensias y geranios.

El pavimento tornará en una senda para cruzar otro puente sobre las vías de FEVE, tras el que entramos en un bosque mixto que hunde sus raíces en la umbría. A lo largo de 800 metros, los que restan hasta el vado sobre el río de Aguilar. La ruta desciende hasta la cárcava del arroyo de Santa Olaya, que desagua en el río, torrente que desemboca en la célebre playa de Aguilar, una de las más bellas de Asturias, con su extenso arenal en el que se erige en el centro la Xana del Caballar, la célebre y legendaria roca que fascina a viajeros, bañistas y fotógrafos.

Otro lugar único al que el peregrino debe acercarse un largo instante para que sus sentidos se impregnen de los colores y olores del mar Cantábrico que le seguirán a lo largo del Camino y le imbuirán fuerzas y ánimo en su peregrinar.

Entraremos en el concejo de Cudillero nada más salvar el cauce del río, donde se encuentra la estación de bombeo de agua potable de los Molinos, hacia El Pito y Soto de Luiña… pero esa ya será otra crónica…

Los Caminos del Norte a Santiago fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2015