Turismo industrial
El conjunto histórico del Puerto de San Esteban es uno de los mejores ejemplos del patrimonio industrial heredado de la añorada época de esplendor minero de Asturias.
A principios del siglo XX, San Esteban se convirtió en el primer y único puerto carbonero de España, viviendo una época de esplendor hasta su decadencia en la década de los 60 del pasado siglo.
Destacan en primer término las imponentes grúas, que datan de 1929–1930 y se yerguen al cielo de la ría en la dársena del puerto sobre pies metálicos roblonados con garitas de madera de base giratoria y plumas de perfiles capaces de girar 360º. La grúa nº 1 fue fabricada en los Talleres de Zorroza y las nº 2 y nº 3 son de la factoría Babcock-Wilcox, también de Vizcaya.
Estas grúas sustituyeron a las primitivas grúas de vapor durante la I Guerra Mundial debido al gran incremento de tráficos, años en los que también se amplió la barra del puerto. Las grúas actuales estaban autopropulsadas sobre carriles con accionamiento eléctrico y servían para el trasiego de mercancías a los barcos desde los vagones de los trenes que llegaban a la estación de ferrocarril cercana, en la misma orilla de la ría del Nalón.
Junta de Obras del Puerto de San Esteban
Símbolo del poder y de un pasado floreciente y ejemplo de arquitectura industrial portuaria, es el edificio de la Junta de Obras del Puerto, proyectado en 1929.
Es un buen ejemplo de arquitectura industrial portuaria, de diseño ecléctico con referencias regionalistas e historicistas propias del primer cuarto del pasado siglo. De planta rectangular, con dos cuerpos sobre la fachada principal y grandes ventanales, entre los que destaca la escalera central, fue construido en mampostería de piedra y ladrillo macizo y en sus dependencias se conserva gran parte del mobiliario y la carpintería original.
Antiguos cargaderos
Pero sin lugar a duda, el verdadero icono visual del Puerto San Esteban son sus antiguos cargaderos, de los cuales se conservan actualmente dos reconstruidos de los tres que hubo en el puerto. Hasta ellos llegaba el tendido férreo de la Sociedad General de Ferrocarriles Vasco-Asturiana que circulaba entre el casco urbano, hoy recuperado como vía verde.
Desde la Estación del Ferrocarril Vasco-Asturiano (1915) circulaba un trazado en rampa de doble vía sobre una trinchera revestida de sillería entre los edificios que hace años fue recuperado como Senda Carbonera para el paseo y disfrute de los vecinos de la villa, y también como atractivo turístico de los viajeros que quieren rememorar los viejos caminos del carbón hacia la mar.
La meta de esta vía ferroviaria eran los pantalanes, construidos entre 1904 y 1918. Adosados a la ladera de la montaña como un puente erigido sobre pilas de piedra en dos tramos para salvar la carretera y asentarse sobre la ría, en el extremo de los cargaderos se levanta una caseta de madera, que servía para resguardar el basculador de vagones y el foso que se abría para la carga del carbón en los barcos.
Tolvas
Al final de la vía férrea se encuentran las tolvas de El Carbayo, construidas entre 1929 y 1936, que servían de depósito del mineral con capacidad para 10.000 Tm. y eran alimentados por un basculador de vagones y varias cintas transportadoras hacia los fosos que comunicaban con los cargaderos.
Pasear por el Puerto de San Esteban, admirando sus grúas y cargaderos en la desembocadura del Nalón es vivir una experiencia única de turismo industrial
Las fábricas conserveras de La Arena y la pesca de la angula
En La Arena, en la margen derecha de la ría llegaron a funcionar hasta 13 fábricas de conservas desde finales del s. XIX hasta los años 70 y 80 del pasado siglo. La Praviana, Albo y La Arenera fueron algunas de las más importantes, conservándose aún el edificio de la Fábrica de Conservas Lis.
La exposición permanente del Centro de Interpretación Puerta del Mar cerca del puerto pesquero recrea su historia, la industria de la pesca de la angula y las vidas de las carboneras y gandingos que hace décadas “pescaban” los residuos de carbón en el río y en la playa para venderlos como combustible a los barcos de vapor y las fábricas de cerámica.
Frente al puerto, encontraremos el singular edificio ya centenario de la Rula, de estilo modernista, la lonja de la Cofradía de Pescadores, la única en España dedicada en exclusiva a la subasta de la angula, el tesoro de la ría.